
Quetzalcóatl está compuesto de dos vocablos náhuatl: “quetzal” ave de hermosas plumas y “cóatl” serpiente, que traducido significa “Serpiente Emplumada”.
– Tú, Tecaztlipoca, -dijeron Huitzilopochtli y Xipe Tótec-, te encargaras de mortificar, burlar y engañar a Quetzalcóatl.
– Hermanos cumpliré fielmente su deseo- contestó el poderoso dios de cutis negro.
– Tecaztlipoca bajo entonces a la tierra por el hilo de una araña y se presento ante Quetzalcóatl disfrazado de forastero.
– Comenzaré por burlarme de él- se dijo el Dios, y se anunció pidiendo audiencia.
– Decid a Quetzalcóatl que aquí esta un forastero que desea conocerlo y que traigo un obsequio para el.
Después de dos recados, logró ser introducido por los sirvientes a el lugar en donde estaba Quetzalcóatl.
– ¿De dónde vienes forastero?- Pregunto Quetzalcóatl.
– Vengo de Nonalco- Contesto el forastero.
– ¡Estarás muy cansado entonces! ¿Por qué no te sientas?, se bienvenido y por favor muestra que es lo que traes para mí.
Tecaztlipoca sacó un espejo y se lo presentó diciendo;
– ¡Aquí esta!, ¡ve!, ¡Reconócete Señor!
Quetzalcóatl se contempló un instante y arrojó con espanto el espejo. ¡Se había visto la cara toda llena de arrugas y llagas!.
– ¿Cómo es posible que me vean los toltecas con calma? ¿No deberán con razón huir de mi? ¡Mi figura es espantosa! ¡Ya nadie me verá: aquí permaneceré encerrado para siempre!
Tecaztlipoca, al oír esto ultimo, se desconcertó un poco, pues comprendió que no lograría que en esa forma se presentará en Tollan, que era su propósito principal para ridiculizarlo.
– Yo te arreglaré y compondré para que te vean- le dijo Tecaztlipoca.
Llamo a unos artistas muy hábiles y en un momento lo transformaron. Concluido el trabajo le volvieron a presentar el espejo y Quetzalcóatl sonrío de satisfacción. Así volvió a presentarse con los Toltecas.
En tanto Tecaztlipoca fue a un pueblo cercano y convenció a los habitantes para que se sacrificaran en honor a Quetzalcóatl. Los habitantes que se sacrificaron fueron convertidos en alimento, mientras que los que quedaron recibieron la orden de traer pulque, animales, pan y flores de hermosos aromas y colores.
Terminado eso Tecaztlipoca regreso a Tollan acompañado de los otros dioses.
Llegados los 3 dioses suplicaron les permitieran ver y hablar a Quetzalcóatl, así es como lograron entrar.
Lo saludaron y le ofrecieron, deleitarlo con los manjares que llevaban. Quetzalcóatl comió con gran contento.
– Bebe pulque Señor.
– Me siento enfermo- replico- Quetzalcóatl, ¿Que me han dado de comer?.
– Bebe un poco más mi Señor, te sentirás mejor, replicaron.
– ¡No, no!, siento una gran tristeza.
– Señor no temas, bebe un poco mas es muy rico y saludable.
Quetzalcóatl, replico repetidamente que no. Al fin de tanta insistencia acepto y continúo bebiendo.
Tomo y volvió a tomar, y así hasta por cinco veces mas. Se sintió lleno de vigor y alegría.
– Sirvan mas amigos míos – volvió a decir- Pero también tomen ustedes.
Ellos también tomaron, pero no se embriagaron. Perdida la razón se cayó al suelo sin sentido y se durmió.
Pero al día siguiente, al despertar recordó lo que había pasado, Quetzalcóatl se había dado cuenta del engaño. ¡Había comido carne de sus hermanos sacrificados y había bebido hasta embriagarse!!!!, con tristeza en su corazón y se sintió lleno de vergüenza y de pesar.
Quetzalcóatl dijo:
– “Me he embriagado, he comido carne humana y me he vuelto como mis hermanos, nada podrá borrar la mancha que ha oscurecido mi nombre y mi divinidad.
Sus remordimientos fueron tan grandes, su angustia no tenia limites. Nadie se atrevía a consolarlo ni alentarlo. Entonces lloro amargamente.
– Es preciso que me vaya del Tollan- dijo un día – aquí no puedo vivir más.
Salió y dispuso su viaje. Tecaztlipoca y sus hermanos habían vencido.
Quetzalcóatl en sus viajes realizaba prodigios. Pasando varios años en un poblado y en otro, no podía olvidar su pena y continuo triste y desalentado. Después de un tiempo se detuvo a la orilla del mar donde contempló su imagen, todavía era hermosa. Encendió una gran hoguera.
Se vistió lujosamente y se adorno con oro y piedras preciosas. Contempló el mar donde había llegado, y suspiro hondamente.
Una vez que la hoguera estaba en toda su fuerza con las llamas muy altas, se arrojó en ella para morir valerosamente.
Aves de hermosos plumajes, rojos, azules, tornasoles, esmeralda y oro acudieron a presenciar su sacrificio, lloraron de tristeza y se sacrificaron con él.
Luego en la hoguera no quedaron más que llamas, cuando todo quedo completamente consumido las cenizas de su corazón se removieron con un temblor y se abrieron para dar salida a un resplandor sin igual, las plumas de las aves le rodearon.
Aquella luz emplumada, cual flecha atravesó el firmamento y ahí dio inicio a la creación de la estrella de la mañana, (Venus Matutino), con la que Quetzalcóatl regreso a la morada de los dioses, convertido en un astro.
La otra versión y la más popular nos menciona y en la que estoy más de acuerdo es:
Que después de un tiempo se dice que se subió a una barca y se alejó mar adentro hasta desaparecer, e inmediatamente surgió del mismo lugar donde había desaparecido, una estrella muy brillante (Venus), que ascendió de Oriente a poniente) y se posó exactamente arriba del Citlaltepetl (Pico de Orizaba), en donde después de un rato desapareció como si se hubiera metido en el cráter del volcán.
Quetzalcóatl y Venus
Al planeta Venus, lo vemos por el Oriente antes de que amanezca y por el Poniente al atardecer.
Si trazamos una línea imaginaria desde el Citlaltepetl (Pico de Orizaba) hasta Coatzacoalcos, podemos ver que pasa por los siguientes lugares: Córdoba, las pirámides de Palmillas, la Piedra Móvil, el Cerro de las Mesas, la zona de los Tuxtlas, Catemaco, la Laguna de los Cerros y varios lugares más, todos ellos con importantes vestigios arqueológicos.
Y desde todos estos lugares se puede apreciar al atardecer, como la estrella Venus, cuando va después del Sol, se coloca por encima del Citlaltepec.